Una vivienda fascinante con una fachada que esconde interpretaciones muy diversas. ¿Cual es la tuya?
El fin de semana del 20 y 21 de octubre se celebró en el Passeig de Gràcia de Barcelona un espectáculo visual en uno de los edificios más importantes, la Casa Batlló, del arquitecto Antoni Gaudí. Esta casa se encuentra situada en la llamada “manzana de la discordia” por encontrarse en ella edificios de los tres arquitectos modernistas más importantes, el ya nombrado Antoni Gaudí y su Casa Batlló, Josep Puig i Cadafalch con el edificio contiguo, la Casa Amatller; y por último Lluís Domenech i Muntaner, con la Casa Lleó Morera en la equina.
Debemos saber que esta casa no la construyó Gaudí, si no que se trata de una rehabilitación de un edificio existente, que rediseñó por completo. Ampliando su patio interior, redistribuyendo todas las plantas, añadió altura con la buhardilla y el tejado, para adaptarse a las alturas de los edificios vecinos, y cambiando radicalmente su fachada.
Esta proyección, “El despertar de la Casa Batlló”, quiso mostrar gráficamente algunas de las muchas interpretaciones que se le han dado a esta impresionante fachada y a su interior, y así intentar entender las motivaciones y pensamientos de Gaudí y de dónde pueden proceder sus inspiraciones.
Para empezar nos mostraron una alegoría del fondo del mar, así vimos las formas que encontramos en los techos del interior de la vivienda; espirales, como los remolinos que se crean en el mar, estrellas de mar, ondas como las olas y las corrientes marinas, azul como el patio interior… Pero no solamente encontramos el agua en el interior de la vivienda, también la encontramos en fachada, aunque veamos muchos colores, su forma ondulada nos puede parecer una gran cascada de la que salen burbujitas…. Así Gaudí creó centenares de piezas de trencadís que sobresalen de la fachada en forma de medias esferas, como las burbujas que crea una cascada con su agua en movimiento.
De los balcones hay varias versiones de la posible razón de sus formas. Una de las más festivas es verlos como mascaras, procedentes de arlequines, aunque otra más tétrica es verlos como calaveras, pues no es el único signo que encontramos en la fachada de que Gaudí se puediese interesar por la anatomía. Así podemos observar en las columnas de los grandes ventanales formas que nos pueden recordar a huesos.
¿De dónde pueden proceder estos huesos? ¿Os habéis fijado alguna vez en el tejado de este maravilloso edificio? Si cruzamos paseo de Gracia, nos alejamos un poco y subimos la mirada, la maravillosa fachada multicolor de cuento de hadas se convierte en un alicatado de colores rojizos, verdes y azules con una chimenea acabada en forma de cruz. Aquí podemos hablar de la interpretación más romántica, la de un dragón que yace muerto, derrotado por el gran caballero de la leyenda de Sant Jordi, del cual queda la espada clavada, la chimenea. Volviendo a los huesos, ¡Ahí tenemos los huesos de las víctimas que no fueron capaces de derrotar al dragón! Pero las interpretaciones son infinitas, solamente tenéis que dejar volar la imaginación…
¿Conocéis alguna interpretación más?
Y, lo más importante,
¿creéis realmente que Gaudí pudiera inspirarse en alguna de ellas???
4 Responses to “El despertar de la Casa Batlló”
No habia regresado tu blog por un tiempo, porque me pareció que era denso, pero los últimos posts son de buena calidad, así que supongo que voy a añadirte a mi lista de sitios web cotidiana. Te lo mereces amigo.
Saludos
Muchas gracias! Estamos intentando hacer la web un poco más divertida. Aunque por exceso de trabajo no hemos podido comenzar el curso con la frecuencia que nos gustaría. Esperamos en breve poder continuar con la actividad normal.
Sin duda algunos aspectos y características de la casa Batlló pueden parecer algo banales, pero un analisis en profundidad muestra que no todos los son, y mucho menos en la misma medida.
Si bien es cierto que las técnicas constructivas que utiliza Gaudí en esta obra concreta son en su gran mayoría de carácter clásico, no debemos olvidar que este encargo parte de un edificio existente, y que la tarea era la de rehabilitarlo. Las estrategias de color que sigue la casa Batlló son sin duda complejas y rigurosas, basta fijarse en la estrategia que gira entorno al patio central, dónde el revestimiento cerámico esmaltado forma un degradado de color que favorece la entrada de luz en su parte inferior, así como la creación de una nueva percepción del espacio, consiguiendo un tono contínuo que engaña al ojo humano.
Las “burbujas” de fachada, son, para la época un gran avance concepctual, se trata de una elemento absolutamente abstracto. Se ha demostrado que los colores utilizados en dichas composiciones no hacen referencia a nada, son sencillamente composiciones abtractas. No será hasta mucho después, en el esplendor de las vanguardias, dónde esta expresión logre su mayor auge. Absolutamente desconocido era este movimiento para Gaudí.
Lo que sin duda para algunos puede parecer superfluo o de “chiquitectos” estudiado a fondo logra una expresión y un dominio geométrico que pocos arquitectos a lo largo de la historia han logrado conseguir, con la misma facilidad que lo hizo Gadí.
En obras como la Sagrada Familia, o la Colònia Güell, el uso de nuevas geometrías que pretendían, como el mismo Gaudí afirmaba, “deshacerce de las muletas del gótico” son evidentes. Actualmente mediante cálculo matricial avanzado se han conseguido parametrizar las geometrías que en su día Gaudí, con pura intuición diseño, se trata del paraboloide hiperbólico, sin duda des conocido en la época.
Sin duda el mayor legado que nos puede dejar Gaudí es su dominio geométrico y la manera de entender la arquitectura como algo empírico.
Mientras Gaudí, sentado debajo de un árbol, dejaba volar su imaginación, pensando en como plasmar la anatomía de un fornido Sant Jordi matando al dragón mediante técnicas constructivas del s.XII , Frank Lloyd Wright levantaba una obra maestra de la arquitectura con las más actuales soluciones técnicas, el Larkin Administration Building, donde lo importante es el espacio creado y el juego con la luz y no los elementos decorativos de la fachada.
Gaudí, carne para chiquitectos (http://www.chiquitectos.com), da la oportunidad a arquitectos mediocres a centrar su atención en todo aquello que es banal y superfluo, olvidándose de todo lo que es arquitectura.
Las burbujitas y las paletas de colores fantasía, no son un vara de medir apropiada para la calidad de un edificio.
Puedo entender que para turistas, visitar la Sagrada Familia pueda ser una experiencia con el mismo valor que visitar el Convento de Sainte-Marie de La Tourette, pero a los profesionales tendría que empezar a darles vergüenza de hablar de Gaudí como un referente.